El insomnio es una alteración del sueño que puede afectar a cualquier persona en algún momento de su vida. Se caracteriza por la dificultad para iniciar y/o mantener el sueño o
la sensación de no haber tenido un sueño reparador.
La frecuencia con la que ocurre, la intensidad y su duración será lo que determine su gravedad, que afecte en mayor o menor medida al bienestar psicológico y emocional de la persona que lo padece
y que sea considerado como un problema a tratar.
Se puede decir que hay 3 tipos de insomnio:
Inicial: pasa demasiado tiempo desde que una persona se acuesta hasta que se duerme.
De mantenimiento: contínuos despertares a lo largo de la noche.
Terminal (de finalización): lleva a despertarse de manera prematura o temprano.
Cuando se trabajan los problemas de insomnio en la consulta por un lado se valoran los hábitos de sueño que se realizan para poderlos mejorar si fuese el caso, y por otro lado se
tienen en cuenta los factores que hay en la vida de la persona que pueden estar provocando que su cuerpo "responda" con insomnio (entre otras formas de responder), por ejemplo el estrés, otros problemas o enfermedades, los efectos secundarios de algunos medicamentos, etc. En estos casos se tiene que considerar también estos
elementos a la hora de intervenir.
efectos secundarios o reacciones adversas de algunos medicamentos
malos hábitos de sueño
presencia de otras enfermedades
problemas o conflictos personales, familiares, sociales, laborales...
etc.
El insomnio puede afectar al normal funcionamiento de quien lo padece, ya que puede llevar a que el sueño no sea reparador y que la persona se levante cansada,
apática, con malestar físico, malhumorada, sin ganas de hacer nada, etc. A la larga puede llevar a que se vean perjudicadas otras áreas vitales importantes, como puede ser el trabajo, estudios, ocio,
vida familiar, relaciones sociales, etc.
Existen muchos tratamientos para el insomnio (dependiendo del tipo y de la causa de este), desde remedios naturales y terapias alternativas, pasando por el uso de fármacos, pero no hay que
olvidar que la intervención psicológica es una alternativa eficaz y adecuada en muchas ocasiones, por lo que es recomendable solicitar su posible uso, ya sea en solitario o combinado
con otras terapias.