La ansiedad es la respuesta de nuestro cuerpo cuando se
enfrenta o espera determinados acontecimientos que podemos considerar importantes (por ejemplo nuestra boda) o peligrosos (por ejemplo someternos a una operación quirúrgica). En principio la ansiedad
no es necesariamente mala, ya que prepara a nuestro cuerpo para ese posible peligro o amenaza, nos prepara para luchar o para huir si fuera necesario, por lo tanto tiene una función adaptativa para
afrontar los peligros de la naturaleza salvaje.
¿Pero qué pasa si no vivimos en la naturaleza rodeados de peligros de
los que huir o luchar?
¿Qué pasa cuando la ansiedad ocurre en nuestra casa, trabajo o en la
calle, y ante situaciones u objetos que en principio no deberían generarnos tal ansiedad?
Se considerará perjudicial cuando ocurre de manera demasiada intensa, con
mucha frecuencia en nuestra vida y cuando nos cuesta recuperar la calma tras su aparición.
La ansiedad se puede manifestar de diversas maneras en
función de cada persona y del problema que presente:
A nivel corporal o fisiológico puede aparecer como taquicardias, sudoración, presión en el pecho, mareo, dificultades para respirar, presión en la garganta, dolores de cabeza,
temblores, sensación de que se va a caer, entumecimiento de partes del cuerpo, inquietud, sensaciones de miedo, terror, angustia, pánico, etc.
A nivel mental o cognitivo puede aparecer pensamientos acerca de posibles peligros o amenazas, anticipar malos resultados o catástrofes, pensar que uno se va a desmayar, que
perderá el control o tendrá un infarto, que si sale de casa o realiza alguna actividad concreta puede ocurrir algo malo, etc.
Y a nivel motor o conductual puede llevar a la persona a no salir de casa, hacer las cosas muy despacio para no equivocarse, decidir comer o tomar alcohol como manera de
reducirla, evitar o huir de lugares por miedo a que ocurra algo malo, etc.
En función de cada persona, de sus experiencias vitales, de sus problemas y de lo que haya aprendido, manifestará la ansiedad de una manera particular y única, pudiendo combinar alguno de estos
síntomas.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la ansiedad puede estar presente en distintos momentos de nuestra vida (sin ser necesariamente un problema) y también en muchos problemas psicológicos,
es como la forma que tiene nuestro cuerpo de reaccionar antes determinadas situaciones de la vida como ante:
Si sientes que tu ansiedad ocurre con demasiada frecuencia en tu vida, con demasiada intensidad, tardas mucho tiempo en recuperarte de ella una vez aparece y todo esto está
afectando a tu día a día, es recomendable que contemples la posibilidad de solicitar ayuda profesional.
Por último, es importante tener en cuenta que esta información es a título informativo, recomendamos que en caso de que creas que puedes padecer un problema de ansiedad, acudas a un profesional
para que te valore adecuadamente y te ayude a resolverlo.
Estrés
El estrés se puede entender de 3 maneras:
como algo externo a uno,
como una respuesta del cuerpo y
como un desequilibrio entre los problemas y tus recursos para afrontarlos.
1. Como algo externo a uno o como estímulo, el estrés sería los problemas, las dificultades, el exceso de trabajo, las malas relaciones, algo que te preocupa,
etc. Sería todo aquello que te genera malestar y te va cargando, cansando y agotando.
2. Como respuesta del cuerpo sería la manera que tiene tu organismo de reaccionar, sería la presencia de algunos de los síntomas descritos en el apartado
Ansiedad. Es una forma de responder ante la vida, que si es puntual y controlada puede ser beneficioso o positivo (se denomina eustrés), pero cuando la respuesta de estrés es
excesiva, permanente en el tiempo, lleva a agotar a la persona e incluso le puede llevar a enfermar (en este caso es estrés negativo o distrés).
3. Finalmente, se puede entender el estrés como un desequilibrio percibido entre las situaciones o problemas externos y los recursos de la persona para hacerles
frente.
Es decir, uno piensa que no puede resolver un determinado problema en su trabajo (situación) porque no sabe cómo hacerlo (falta de recursos), o
alguien tiene que dejar a su pareja (situación) pero no sabe cómo decírselo (falta de recursos), o un estudiante tiene que examinarse (situación) pero cree que no será capaz de memorizarse el temario
(falta de recursos). Estedesequilibrioentre el problema que uno percibe y los
recursos que cree que tiene, darían lugar alestrés.
A parte de estas explicaciones teóricas con las que solo pretendemos describir un poco el tema, lo importante es conocer cómo vive cada persona su estrés, qué cosas hay en su vida que se lo están
generando, cómo está respondiendo su cuerpo, cómo valora o percibe sus recursos o capacidades para resolver sus problemas y hacerles frente, etc.
A continuación hay un vídeo que habla sobre este tema, esperamos que sea útil.